En general, el joven director técnico español Mikel Arteta está destacándose sobre todo por su capacidad de diseñar estructuras en salida de balón a la hora de enfrentar presiones altas a lo largo de sus primeros meses bajo el comando del banquillo del Arsenal en el norte de Londres. En este sentido, en la final de la Community Shield contra un equipo especialista en tareas de presión como el Liverpool dirigido por Jurgen Klopp, la respuesta de los Gunners durante el primer cuarto de hora del partido ha sido especialmente positiva sacando el balón jugado desde abajo de forma corta y elaborada.
Aunque empiece en un 3-4-3 de inicio, en fases de iniciación el Arsenal ocupa los espacios con un cuadrado en escenarios de primera construcción posicionado en 2+2: los centrales Rob Holding e David Luiz en el primer escalón mientras el doble pivot conformado por Xhaka-Elneny fijaba a la espalda de la presión de los tres delanteros del Liverpool, al mismo tiempo que el zaguero externo izquierdo Kieran Tierney terminaba generando amplitud media por el sector zurdo, permitiendo de esta manera un movimiento en zona intermedia por parte del carrilero Ainsley Maitland-Niles para generar superioridades a la espalda del interior neerlandés Georginio Wijnaldum. Contra la estructura de presión alta en 3+3 habitual del Liverpool (extremos en posición intermedia cerrando el pase del central al carrilero mientras Firmino bloquea la recepción del mediocentro, con los interiores estando pendientes de sus pares en vigilancias individuales), la ventaja táctica de 2vs1 a la espalda de Roberto Firmino ha sido fundamental, obligando el salto del interior James Milner y generando desajustes en el sistema de presión del alemán Jurgen Klopp, posibilitando la atracción en el sector diestro después de utilizar el concepto del tercer hombre antes de activar lado débil buscando Pierre-Emerick Aubameyang en situaciones de 1vs1. Sin ir más lejos, el Arsenal llega al 1-0 de esta forma.
Por otro lado, posteriormente al tramo
inicial del partido, el Arsenal ha tenido muchísimas dificultades para salir
jugando desde abajo contra la presión alta del Liverpool, incluso alternando
salidas cortas con intentos de juego directo en fases de iniciación para evitar
riesgos en salida de balón, finalmente asumiendo una postura pragmática después
de ponerse en ventaja, algo que permitió dominio territorial de los Reds antes
de un ataque exterior terminar en el 1-1 producido por el japonés Takumi
Minamino para forzar la tanda de penaltis en que el conjunto dirigido por Mikel
Arteta logró el titutlo de la Supercopa de Inglaterra.
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